SIERRA DE CRESTELLINA CASARES

Hace unos días subí a la Sierra de crestillina en Casares un pueblo de Málaga, antes solo había subido una vez y fue hace 22 años, pero por casualidad subí con la misma persona que subí por primera vez José Guerrero es un antiguo maestro mió.

La subida al principio del camino es muy pronunciada y un poco dura, asta que se llega a un refugio.

Después del refugio hay unos tres km que son muy cómodos de andar son subidas y bajadas pequeñas pero lo mejor de esos tres km es que vas viendo todo tipo de flores del bosque son preciosas las hay de todos tipos de colores y tamaño. También el olor al andar por ese prado es muy bueno.

Después viene de nuevo una subida un poco dura, pero con las vistas que tienes en esa subida casi no te das cuentas, además es una subida muy pronunciada así que cada cinco minutos puedes parar y disfrutar de las vistas ya que al ser una subida pronunciada va cambiando mucho la perspectiva de las vistas y son muy distintas cada vez que miras. En esta subida ya empezamos a ver los buitres leonados que viven en la Sierra.

Llegamos a la cima de la montaña, esta cima esta a 1200m del nivel del mar, la sensación al llegar a la cima de la montaña es difícil de explicar, es una sensación de tranquilidad y las vistas son increíbles, se ve muchos pueblos de Málaga y Cádiz, también se ve África y con buen tiempo se ve incluso sierra nevada. Como os he dicho se ve muchas sitios desde la cumbre de la montaña, pero yo eche una de menos que quizás fue lo que más me sorprendió de ver y lo que más recordaba de la primera vez que subí, y eso era ver volando muy por debajo de ti a muchos buitres, esta vez solo había cinco buitres volando.

Cuando estábamos en la cima nos sentamos un rato para ver y disfrutar de las vista que nos ofrecía la cima y también nos comimos unas frutas y hablamos un rato sobre la subida y como no sobre todo lo que veíamos, a esto José saco de debajo de unas piedras una fiambrera que había en la cual la gente que sube en una libreta que hay escribe algo o deja algún recuerdo en dicha fiambrera, y como no había en esa libreta muchas hojas escrita por niños que en su día habían subido con el a la cima como lo había echo yo con 13 años, el lo mostraba como si fuera un tesoro muy valioso y recordaba a esos alumnos, el problema es que los últimos que secaron la fiambrera no lo habían cerrado bien y había muchas hojas mojadas y rotas.

Después de estar allí una media hora más o menos empezamos la bajada, y es increíble pero parecía que iba por un camino distinto y viendo cosas distinta, me dijo José que es normal ya que ves las cosas desde otro punto de vista al bajar que al subir. Llegamos donde el camino ya es más cómodo de andar pero no cogimos por allí y nos fuimos por otra ruta para que yo viera otro camino, también era muy cómodo de andar pero me gusto menos, este camino ya es de hormigón y apenas tiene vistas.

El total del camino entre subida y bajada son unos 10 Km. y tardamos unas tres horas en hacerlo. Yo pase una mañana genial y que difícilmente podré olvidar, una de las cosas que hablamos como no fue del día que yo subí de niño con el y de que el aún con muchas pegas sigue subiendo con sus alumnos, yo creo que una clase de naturaleza o botánica se da mejor en el campo que en una habitación con cuatro paredes.